EL BINOMIO PERFECTO
Siempre he creído que una de las cosas básicas en la vida es estar en movimiento, estar activos. Desde niña he practicado cuanta actividad se me ocurría: gimnasia, atletismo, volleyball, baile, pasando por canotaje (créanme que lo intenté) y ya más grandecita kick boxing, futbol y hasta clases de pole dance (y debo contarles que de todo lo que ya había hecho antes fue lo que más tonificó mi cuerpo). Pero lo que en verdad me negaba a hacer eran pesas, no quería ser un musculito andante y cero femenina. ¡¡¡Error!!!! Esa mala creencia solo era desinformación mía, osea penita. Y por el lado de la alimentación, mi mamá siempre cocinaba así que disfrutábamos de comida casera deliciosa pero el chip antojadizo siempre ha vivido conmigo. Gracias a mi gran metabolismo podía, sin problema alguno, desayunar donas, tener hot cakes de postre, comer doble ración de milanesas, echarle cajeta a los choco Krispis y la lista seguiría. Pasa el tiempo y muchos años después, te vas dando cuenta